En uno de los distritos históricos de la ciudad, adyacente a la Basílica de San Giovanni in Laterano, "Mater et Caput" de todas las iglesias de Roma y del mundo, se encuentra el Palacio de Letrán, sede papal y residencia oficial de los Papas. durante muchos siglos.
Dañado varias veces a lo largo de los siglos por terremotos, incursiones e invasiones, y restaurado puntualmente, fue devastado por un incendio en 1308: así, al regreso del papado a Roma en 1377 después del cautiverio avignonés, los papas fijaron su residencia en el vaticano.
Aunque ya no esté habitado, seguirá manteniendo intacta su prerrogativa de Patriarchium, es decir, de la Sede del Obispo de Roma, como lo ha sido siempre, de hecho, todos los papas elegidos al trono de Pedro han celebrado su toma de posesión en la basílica de San Juan de Letrán.
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También la bóveda de esta sala, que es la más grande del Aposento de la Representación Pontificia, presenta una decoración dividida en cinco grandes compartimentos, donde encontramos representados algunos episodios de la vida de Daniel, el último de los cuatro grandes profetas que anticiparon la venida de Cristo.
Toma su nombre de la representación de diecinueve papas que recorre el friso del registro superior de la sala. Este último, desde el techo de madera hasta las decoraciones de las paredes, es un himno a las obras realizadas por el Papa Sixto V en la ciudad de Roma. La sala, sin embargo, ahora se conoce comúnmente como Sala de los Pactos de Letrán, ya que estos fueron estipulados aquí el 11 de febrero de 1929.
Los techos son de la época Sixtina y celebran el tema victorioso de la Resurrección de Nuestro Señor. El rico suelo de mayólica, con un ligero sabor renacentista, pertenece a la producción italiana moderna y se instaló durante la profunda restauración de todo el palacio a principios de los años 60.
